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Categoría: Aprende a orar

Aquí tienes 10 consejos para aprender a escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo, Él actúa en el corazón derramando el amor de Dios

10 consejos para aprender a escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo.

Si quieres aprender a escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo, es el momento de seguir estos consejos y ponerlos en práctica desde este momento. Muchas son las buenas inspiraciones que podrías estra pasando por alto que son fuente de crecimiento interior.

Sí, es cierto que el Espíritu Santo nos quiere hablar, pero a veces nos cuesta escucharle. Esto sucede porque hay muchas otras voces que constantemente nos llegan de todos lados pidiendo atención. Todas quieren penetrar en nuestros razonamientos e influir en las decisiones que tomamos.

Saber escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo, es un aprendizaje progresivo: se trata de convertirse en aquellas ovejas que reconocen la voz de su pastor en medio de las otras voces que las rodean (Jn 10, 3-5).

10 consejos para escuchar al Espíritu Santo.

Para lograr esa conexión profunda con el Espíritu Santo, y aprender a escuchar sus inspiraciones, es necesario crear poco a poco un cierto "clima de vida" que comprende los siguientes elementos:

1. Cumplir la voluntad de Dios.

Si hay algo en lo que debemos estar alineados con el Espíritu Santo, es disponer nuestro corazón para estar decididos a hacer la voluntad de Dios

Dios habla a aquellos que desean obedecerle. La obediencia es una elección a largo plazo; cierra la puerta del infierno y abre las ventanas del cielo.

Por la disposición de Jesús a ser obediente, incontable multitud de personas fueron y son llevados todavía a la reconciliación con Dios. 

2. Llevar una vida de oración regular.

Lleva una vida en la que intentemos principalmente tener una actitud de confianza, de disponibilidad interior a la acción de Dios.

La fidelidad a la oración favorece y hace más profunda la disposición de apertura y de escucha.

3. Leer y meditar la Biblia.

Meditar regularmente las Sagradas Escrituras hará que nuestro amor hacia Dios crezca constantemente.

Su manera de tocar y hablar a nuestro corazón despierta en nosotros una sensibilidad espiritual y nos acostumbra poco a poco a reconocer la voz de Dios.

4. Cuidado con las actitudes negativas.

Debemos evitar  a toda costa aquellas actitudes que pueden cerrarnos a la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas

Actitudes como la agitación, las inquietudes, los miedos, los apegos excesivos a nuestra propia manera de hacer o de pensar.

La escucha al Espíritu Santo requiere flexibilidad y desprendimiento interior.

5. Aceptación.

Esto muchas veces cuesta, pero debemos aceptar con confianza los acontecimientos de nuestra vida.

Aceptar lo acontecimientos aun cuando a veces nos contraríen o no correspondan a lo que nosotros esperábamos.

Si somos dóciles a la manera en la que Dios conduce los acontecimientos de nuestra vida, si nos abandonamos entre sus manos de Padre, Él sabrá hablar a nuestro corazón.

Mantengámonos (dentro de lo posible) en paz y en confianza, pase lo que pase. Cuanto más nos esforcemos por mantener la paz, más escucharemos la voz del Espíritu.

6. Abierto a los consejos.

No fuimos personas hechas para el individualismo. Debemos acoger los consejos de las personas que nos rodean.

Seamos humildes de cara a nuestros hermanos y hermanas, no busquemos siempre tener la razón o la última palabra en las conversaciones.

Reconozcamos nuestros errores y dejémonos corregir. Quien sabe escuchar a su hermano sabrá escuchar a Dios.

7. Confesión regular.

Si quieres purificar el corazón de esas pequeñas acciones que nos alejan de la gracia de Dios, debemos acudir con regularidad al sacramento de la penitencia.

El corazón purificado constantemente por el perdón de Jesús percibirá su voz con más claridad.

8. Vigilar el corazón.

Debemos estar atentos siemrpe a lo que pasa en el fondo de nuestro corazón.

El Espíritu Santo no se deja escuchar en el ruido ni en la agitación exterior, sino en la intimidad de nuestro corazón, por medio de mociones suaves y constantes.

9. Mirar los frutos.

Hay que reconocer lo que viene de Dios a través de los frutos que produce en nuestra vida

Lo que viene del Espíritu trae consigo paz, nos hace humildes, confiados, generosos en el don de nosotros mismos.

Lo que viene de nuestra psicología herida o del demonio produce dureza, inquietud, orgullo, ensimismamiento.

10. Vivir en un clima de gratitud.

Si agradecemos a Dios por un beneficio, él nos dará nuevas gracias, en especial las inspiraciones interiores que necesitamos para servirle y amarle.

El Señor nos ama a todos por igual. Nos creó a todos con la misma capacidad espiritual, de modo que nadie debe sentirse en desventaja al tratar de escuchar la voz del Espíritu Santo o reconocer la obra de Dios en su vida.

La Escritura contiene magníficos relatos acerca de personas como San Pedro, la Virgen María y San Felipe, que percibieron la guía del Espíritu Santo aun cuando esa guía parecía extraña al principio.

El Espíritu Santo quiere hablarnos a nosotros, Él quiere infundir nuevos pensamientos e inspiraciones en nuestra mente y en nuestros corazones. Ábrete a su amor y a todas las inspiraciones que Él quiere regalarte.

San Pablo, hablando con los primeros cristianos les dijo:

"Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios ¡Abbá!, es decir, ¡Padre! El mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios". (Romanos 8:15,16).

Por eso es el Espíritu Santo es quien infunde en nuestra alma el fuerte sentimiento de piedad, de plena confianza en nuestro Padre celestial; con gemidos indecibles, susurra dentro de ella para que nosotros clamemos: "¡Abba, Padre!". Así el alma se siente transformada, y su relación con Dios se vuelve más profunda y podemos escuchar las inspiraciones del Espíritu Santo contínuamente.

Oración al Espíritu Santo.

"Ven, Espíritu Santo, sé mi Maestro interior. Dadme un verdadero espíritu filial hacia nuestro Padre celestial, una gran confianza en su bondad paterna, una total adhesión, tanto activa como pasiva, a su voluntad, y una inmensa gratitud por sus gracias. Ven y aconséjame en todas las cosas, recordándome todo lo que Jesús dijo; guíame, toma sobre ti la dirección de todo mi ser, fortalece mi debilidad, suple todas mis deficiencias. Venid a cumplir en mí mi misión de oración continua, porque ¿de qué serviría mi oración si no fuera inspirada y valorada por vos? "Nadie puede decir: el Señor Jesús, sino por el Espíritu Santo.

Oh, Espíritu Divino, reza entonces en mí y a través de mí. Debo pensar que eres tú quien reza y alaba a Dios en mí, incluso cuando el cansancio, la aridez o las distracciones impiden que me recuerde. Debo permanecer, pues, en una actitud humilde de oración, confiando en que Tú sacarás de mí la alabanza y la gloria que no sé dar, pero que deseo dar a mi Dios" (Sor Carmela del Espíritu Santo, O.C.D.).

Recursos sobre el Espíritu Santo.

Adaptación y contenido agregado: Qriswell Quero, PildorasdeFe.net | Con información de extraída de: La-oracion.com

pildorasdefe qriswell quero firma autorQriswell Quero, Venezolano, esposo y padre de familia, servidor, ingeniero y misionero de la fe. Comprometido con el anuncio del Evangelio. Creyente sólido de que siempre existen nuevos comienzos. Quien a Dios tiene nada lo detiene.

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